Su sonrisa la inmortalizó en Beijing 2008, al convertirse en la primera campeona olímpica del taekwondo mexicano. Hoy, María del Rosario Espinoza es la mejor deportista tricolor de la historia al contar con una prodigiosa trayectoria que incluye tres medallas en la justa, la última en Río 2016.
“Hace 15 años sólo quería que me fuera bien en la escuela por mis papás y también le estaba echando ganas al entrenamiento. Tenía como esa ilusión de ganar una Olimpiada Nacional”, recordó María en entrevista con RÉCORD.
La sinaloense se inició en el taekwondo a los cinco años y al año siguiente vivió su primer combate en Hermosillo, Sonora, donde enfrentó a un niño, pues no había mujeres en su categoría.
A los 15 años emigró de su natal Sinaloa y en 2003 llegaron los primeros frutos al conquistar el Campeonato Juvenil Panamericano de Río de Janeiro, su primer logro internacional.
Para 2007 se convirtió en campeona mundial –en Beijing, China– y panamericana –en Río de Janeiro–, además ganó el pase a sus primeros Juegos Olímpicos; logros que le valieron para recibir el Premio Nacional de Deportes (PND).
“El mayor obstáculo ha sido conmigo misma. Después de ganar en un año prácticamente las competencias más importantes (fue difícil ) el encontrar una motivación para seguir.
“Hubo momentos donde ya no encontraba (motivación). Las cosas no se me daban, no tenía buenos resultados. No me sentía bien anímicamente. Pero volví a empezar y continué con mi carrera como deportista desde el inicio”, aseguró.
Con el bronce en Londres 2012, María se convirtió en el primer Campeón Olímpico mexicano –hombre o mujer– que repite presea en diferentes Juegos Olímpicos. Pero no cesó, y tras la plata de Río 2016, no descarta llegar a Tokio 2020, donde buscará igualar a Joaquín Capilla, máximo medallista olímpico mexicano.
