Los lácteos son conocidos y amados por mucha gente, aunque también son temidos y odiados por otro sector, y se debe a que no siempre se sabe lo que se quiere de los lácteos, por eso en Real California Milk te explicamos las diferencias de los lácteos.
No todos los lácteos son iguales, son perecidos, pero cada uno tiene su propia comercialización y consumo diferente, pues alrededor del mundo hay otros productos en la categoría de lácteos, mismos que van desde la leche, al queso, a la mantequilla o helados.
Una manera para poder garantizar que estamos comprando productos lácteos de buena calidad, es buscando el sello de Real California Milk, un distintivo amarillo que tienen algunos productos en el empaque. Este sello avala productos 100% naturales elaborados con leche Real de California.
- Leches fermentadas: Se obtienen de la fermentación de la leche utilizando microorganismos vivos. Tal es el caso del yogurt y el kéfir. Se caracterizan por tener beneficios a nivel gastrointestinal.
- Quesos: Se obtienen mediante la coagulación de la proteína de la leche (caseína), que se separa del suero. Se clasifican según el origen de la leche, el proceso de elaboración, la textura, la corteza y el contenido de grasa. Son una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico.
- Mantequilla: Se obtiene al batir la leche separando la grasa del componente líquido. Importante fuente de vitamina A, D y E, así como ácidos grasos de cadena corta asociados con algunos beneficios para la salud.
- Leche en polvo: Se obtiene de la deshidratación de la leche y generalmente se presenta en forma de polvo o gránulos. Además de que tiene los mismos beneficios nutrimentales de la leche líquida, cuenta con larga vida de anaquel.
- Helado: Se trata de un alimento congelado elaborado con leche o crema y algún tipo de endulzante, a menudo se combina con frutas u otros ingredientes y sabores. Si bien se trata de un alimento rico en grasas y azúcares, es importante elegir productos de calidad elaborados con leche real.
- Crema: También conocida como “nata”, es la parte de la leche que es comparativamente rica en grasas; se obtiene descremando o centrifugando la leche.
Cómo incorporarlos a la dieta
Los lácteos son tan versátiles que su incorporación en la alimentación diaria es relativamente sencilla. Las Guías Alimentarias y de Actividad Física en Contexto del sobrepeso y la obesidad de la población mexicana, publicadas por la Academia Nacional de Medicina de México y la Asociación Americana de Diabetes, recomiendan el consumo de 2 porciones de productos lácteos en una dieta equilibrada.
Una porción de lácteo equivale a:
- Leche líquida: 240 ml.
- Leche en polvo: 3 cucharadas soperas.
- Yogurt: 240 ml.
- Queso: 30 gramos.