Hace 15 años, en 2002, mientras el sueño de RÉCORD nacía, la lucha de Sergio Pérez por convertirse en el referente del automovilismo mexicano y alcanzar la máxima categoría también comenzaba.
El sacrificio fue grande. Implicó abandonar su vida en México, pero la perseverancia y disciplina del piloto tapatío lo llevó a cumplir su objetivo nueve años después.
Pese a que tuvo momentos complicados por haber dejado a su familia, vivir en un país diferente y renunciar a una vida de un joven normal, Checo nunca tiró la toalla, aunque lo llegó a pensar por lo solo que se sentía y al extrañar a sus seres queridos.
Pero el hambre de triunfar fue mayor y tras pasar por la Fórmula 3 Británica, donde fue campeón, y con se guir otros logros en cate gorías menores, llegó el gran día, cuando en 2011 llegó a la Fórmula Uno con el modesto equipo Sauber.
Un año después, en el circuito de Malasia alcanzó su primer podio al arribar a la meta en segundo lugar. A la fecha, Checo Pérez está empatado con Pedro Rodríguez con siete carreras entre los mejores tres.
Este año empieza un nuevo reto para el mexicano. Aunque ha logrado ganar trofeos y hacerse de un nombre en la F1, toca mirar más alto y empezar a luchar por un asiento que le permita cumplir su meta principal: convertirse en Campeón del mundo.
“Yo creo que lo importante como p iloto es si empre dar lo mejor de ti dentro y fuera de la pista, llevar al equipo hacia adelante, darle la información correcta al equipo y de esa forma es como pueden avanzar ”, indicó .
Con la posibilidad de que un equipo competitivo voltee a verlo, el piloto de Guadalajara tiene el compromiso de poner a Force India otra vez en los primeros planos, y en el comienzo de la actual temporada ya ha tenido resultados que tienen a la escudería por detrás de las contendientes.