Independentistas catalanes presionaron durante años para celebrar un referéndum de independencia que el gobierno central de España se negó a permitir. Ahora, Catalunya celebrará por primera vez unas elecciones autonómas con las que buscan abrir una puerta rumbo a la independencia.
Las encuestas muestran que los partidos independentistas tienen una ligera ventaja para hacerse con los 68 escaños que necesitan para la mayoría en un Parlamento de 135, pero la independencia de Catalunya estaría lejos de estar asegurada con esta victoria en las urnas.
El primer ministro, Mariano Rajoy, ha repetido con insistencia que la constitución española impide que las autonomías declaren su independencia.
Analistas creen que un triunfo de los secesionistas podría llevar a negociaciones para dar más poderes fiscales a Catalunya el año próximo, reduciendo así el sentimiento independentista.
La coalición 'Junts pel Sí' ('Juntos por el Sí'), formada por partidarios de la secesión, necesitaría el respaldo del partido radical más pequeño Candidatura de Unidad Popular (CUP) para tener mayoría en el Parlamento. De no lograrla, como reconocen los secesionistas, su causa se retrasaría años.
Si se logra el triunfo en las urnas, los partidarios del 'Sí' presentarían en cuestión de días un plan de 18 meses para la secesión, que convertiría a Catalunya en un nuevo país para 2017.