Al terminar el encuentro de la Liga Premier de Libia, que enfrentaba al Al-Ahly Trípoli y al Al-Athad, un jugador del cuadro visitante se mostró furioso después de que un rival le jalara la playera por detrás justo cuando el silbante concluyó el encuentro.
Ante esa situación, el jugador del Al-Athad fue directo a reclamarle al árbitro que se encontraba a unos metros de distancia. Al mismo tiempo, otro elemento de la banca fue hacia el nazareno para cuestionar violentamente la acción.
Sin embargo, el árbitro perdió los estribos y se fue directo a los golpes. En cuestión de segundos más jugadores se sumaron a la repartición de golpes
Tanto los jugadores del Al-Athad, Al-Ahly y resto de silbantes, se unieron para separar a los jugadores y árbitro central que estaban golpeándose.
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