Durante un juego de pretemporada de los Piratas de Pittsburgh contra los Bravos de Atlanta, un pelotero impactó una pelota caliente, al tiempo que soltó el bat de manera sorpresiva, que iba directo al rostro de un pequeño y un padre realizó una épica salvada.
El sujeto se percató del posible impacto y estiró el brazo izquierdo, por fortuna el palo de madera se estrelló en el hombre y se fue por un costado del niño.