Dani Alves lo gozó como los aficionados brasileños que tomaron al Lusail como sede del Maracaná, pero con asiento de lujo, pegado al banco. El jugador de Pumas no ingresó en el debut de Brasil contra Serbia y aún así lo pasó de lo mejor.
Hizo bromas cuando hubo oportunidad durante el partido, incluso cuando salió el hombre del golazo de media tijera, Richarlison, con quien hizo una muevas que tienen ya practicadas. Líder de buen humor.
Al final del cotejo, entró al campo para ir a saludar a sus compatriotas en la chancha, a sus familiares en la grada y a la gran mancha amarelha del estadio más grande de Doha.
Tras la corta celebración en el campo, Dani y los suplentes se quedaron para hacer ejercicios con el preparador físico de la Seleçao. Crack de tiempo completo.