El gobierno del presidente Donald Trump anunció el martes que en seis meses pondrá fin a un plan de alivio migratorio que exime de la deportación y concede permisos temporales de trabajo a unos 800 mil inmigrantes que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.
“No podemos admitir a cualquiera que le guste venir aquí”, dijo el secretario de Justicia, Jeff Sessions, al anunciar la decisión. “Esa es una política de fronteras abiertas y el pueblo estadounidense la ha rechazado”.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que los inmigrantes cuyo beneficio terminará antes del 5 de marzo de 2018 tendrán hasta el 5 de octubre de este año para gestionar la renovación.
El anuncio generó protestas inmediatas. En Nueva York cerca de 15 jóvenes fueron arrestados después de que impidieran el tránsito en la Quinta Avenida, donde se sentaron tomados de las manos mientras gritaban en inglés “Indocumentados y sin miedo”.
Trump sugirió en un tuit horas antes que corresponde al Congreso definir el destino de los conocidos como “dreamers” al publicar “Congreso, prepárate para cumplir con tu tarea: ¡DACA!”, aludiendo a las siglas en inglés del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.
El presidente del Congreso Paul Ryan expresó en un comunicado su esperanza “de que la cámara y el Senado, con el liderazgo del presidente, puedan lograr consenso sobre una solución legislativa permanente que incluya garantizar que aquellos que no han hecho cosas malas aún puedan contribuir como una parte valiosa de este gran país”.
La jefa de la bancada demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, calificó la decisión de Trump de “acto profundamente vergonzoso de cobardía política y un ataque despreciable contra personas inocentes en comunidades a lo largo de Estados Unidos”.
Obama aprobó el programa DACA por decreto en 2012 como una solución de emergencia después de tratar en vano de que el Congreso aprobara una reforma migratoria integral.
La eliminación de DACA coincide con la política restrictiva a la inmigración ilegal que ha adoptado Trump y con otras medidas criticadas por congresistas y organizaciones hispanas tales como el indulto otorgado recientemente a Joe Arpaio después de que un tribunal federal condenara al exjefe policial de Arizona por desobedecer órdenes judiciales para frenar sus patrullas antiinmigración.
Numerosas organizaciones de “dreamers” cabildearon intensamente a funcionarios electos, universidades y empresarios durante las semanas recientes y prevén protestas los próximos días.
El mexicano de 20 años Fernando Nájera, quien llegó a Arizona a los tres años y goza del alivio migratorio igual que su hermano menor, dijo a AP sentirse muy nervioso por su primer ayuno mientras desayunaba una quesadilla con huevo y jugo de vegetales.
“Mi padre cruzó el desierto tres veces para reunirse con nosotros en Arizona. Si él pudo sacrificarse así, yo también. Este ayuno será en honor a mi padre”, dijo Nájera, quien espera convertirse en 2019 en el primer universitario de su familia gracias a la beca que obtuvo para estudiar ciencias políticas.