Una compañía sueca se dedicó a realizar estudios para ver cuantos materiales peligrosos contenían los juguetes sexuales y tras varios meses de analisis los resultados sorprendieron a más de uno.
Resulta que los productos con lo que se realizan estos aparatos sexuales, contienen menos productos malignos para la salud que los mismos juguetes infantiles.
Durante el proceso se verificaron 44 productos eróticos y sólo uno presentó alto nivel de parafina de cloro, el cual está considerado como altamente cancerígeno.
Sólo el dos por ciento de los juguetes sexuales presentaron problemas con su toxicidad, mientras que los infantiles presentaron un 15 por ciento.