Los vestigios del huracán Harvey dejaron a su paso inundaciones devastadoras en Houston; el creciente nivel de agua afectó a miles de personas que tuvieron que subirse a las azoteas o a zonas altas y sobrepasaron la capacidad de los rescatistas, que no pudieron atender todos los pedidos de ayuda.
Helicópteros, botes y vehículos acuáticos recorrieron los vecindarios de la cuarta ciudad más grande de los Estados Unidos para ayudar a la gente a salir de sus casas o del agua turbia, la cual tenía un nivel tan alto que en algunos lugares alcanzó los segundos niveles.
La inundación fue tan extensa que las autoridades tuvieron problemas en identificar las áreas más afectadas. Exhortaron a la gente a trasladarse al nivel más alto de sus hogares para evitar quedar atrapadas en sus áticos, y que ondearan hojas o toallas para que atrajeran la atención a su ubicación.
Conforme el nivel del agua incrementó, el Servicio Meteorológico Nacional ofreció otro inquietante pronóstico: Antes de que la tormenta pase, algunas partes de Houston y sus suburbios podrían recibir hasta 1.27 metros de lluvia. Esa sería la mayor cantidad registrada en Texas.
Los rescatistas tuvieron que darle prioridad a las situaciones que fueran de vida o muerte, dejando a familias desplazadas a su suerte. El principal centro de convenciones de la ciudad fue rápidamente abierto como refugio.
El alcalde de Houston, Sylvester Turner, dijo que las autoridades han recibido más de 2.000 llamadas pidiendo ayuda, y se tiene previsto que reciban más. Pidió a los conductores mantenerse lejos de los caminos inundados para evitar que el número de personas varadas aumente.
“No necesito decir que esta es una situación muy seria y que ha sido una tormenta sin precedentes”, indicó Turner en una conferencia de prensa. “Tenemos cientos de reportes sobre inundaciones y prevemos que el número aumente drásticamente”.