Los franceses volverán a estar confinados a partir de este viernes y hasta el próximo 1 de diciembre, como mínimo, según anunció este miércoles el presidente, Emmanuel Macron, obligado a recurrir a la medida que trataba de evitar por todos los medios ante el fracaso de mecanismos como el toque de queda contra la expansión del coronavirus.
"Ni las previsiones más pesimistas habían anticipado que el virus circulara con esta rapidez", reconoció Macron en un discurso televisado a la nación, en el que advirtió de que esta segunda ola "será más dura y mortífera que la primera".
El Gobierno francés ha decidido la aplicación de este nuevo confinamiento tras consultas con el consejo científico, las fuerzas políticas y los socios europeos tras constatar que en Francia el número de contagios confirmados se ha duplicado en menos quince días, hasta superar el 1.2 millones de casos totales. El total de fallecidos en Francia por Covid-19 es de 35,785.
Además, advirtió Macron, un 35 % de los pacientes en ucis tienen menos de 65 años.
Este nuevo confinamiento será más flexible que el impuesto en marzo: las escuelas permanecerán abiertas, el trabajo continuará en la medida de lo posible y las residencias de ancianos permitirán las visitas, según detalló Macron.
Bares, restaurantes y comercios permanecerán cerrados aunque, en función de la evolución del virus, dentro de quince días se volverá a evaluar esta medida para ver si posible reabrir ciertos comercios, en un período marcado por las compras navideñas.