El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, anunció este domingo el fin de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus en el país, durante un pronunciamiento oficial transmitido en la red nacional de radio y televisión.
El titular de la cartera atribuyó la decisión a factores como la mejora del escenario epidemiológico en el país, la buena acogida de los brasileños a la campaña de vacunación y la eficacia del sistema público de salud, conocido en el país como SUS.
"Gracias a la mejora del escenario epidemiológico, a la amplia cobertura de vacunación de la población y la capacidad de asistencia del SUS, tenemos hoy condiciones de anunciar el fin de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Nacional", la llamada Espin, afirmó Queiroga.
Según el ministro, el Gobierno brasileño editará en los próximos días un "acto normativo" que establece las reglas para la revocación del estado de emergencia sanitaria, declarado el 3 de febrero de 2020 y que permite la adopción de una serie de medidas excepcionales en el marco de la pandemia, como el uso de vacunas con carácter de emergencia o la compra de medicamentos sin licitación.
Sin embargo, Queiroga destacó que el fin de la emergencia sanitaria "no significa el fin de la covid-19", pues los brasileros deben seguir conviviendo con el virus, dijo.
"El Ministerio de Salud permanece vigilante y preparado para adoptar todas las acciones necesarias para garantizar la salud de los brasileños", aseguró.
Tras una virulenta ola de contagios a inicios de 2022, con récord consecutivos de contagios diarios, la pandemia mantiene una tendencia a la baja en Brasil desde mediados de febrero y, este domingo, el país registró el menor número de decesos contabilizados en una sola jornada (22) desde el 29 de marzo de 2020.
La ralentización se debe, según los expertos, al avance de la vacunación, que ha permitido que cerca del 73 % de los 213 millones de brasileños hayan completado la pauta.
Asimismo, el fin del estado de emergencia sanitaria en Brasil era defendido desde hacía varios meses por el presidente del país, Jair Bolsonaro, uno de los gobernantes mundiales más negacionistas respecto a la pandemia, que minimizó su gravedad en reiteradas ocasiones y puso en duda la eficacia de las vacunas.
Sin embargo, pese a la caída en las cifras, Brasil permanece, junto a Estados Unidos e India, como uno de los tres países más castigados por la pandemia en el mundo, con más de 661.000 muertes y 30,2 millones de infectados por el coronavirus.
En ese sentido, Queiroga reconoció en su breve discurso que la pandemia de la covid-19 es la "mayor emergencia sanitaria" mundial ya enfrentada en la historia, con más de seis millones de muertos, por lo que expresó su solidaridad a los afectados y a los familiares de las víctimas.
Exaltó, además, la "fuerza" del sistema público de salud y agradeció a los médicos y "todos los profesionales de salud" que "incansablemente lucharon contra esa enfermedad".
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