El hambre de triunfo, entrega y el corazón de guerrero incansable no fueron suficientes para que Carlos Cuadras (39-5-1, 27 KO’s) se coronara nuevamente campeón mundial Supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
El púgil mexicano, quien probablemente vivió su última batalla arriba del ring, fue sorprendido por el estadounidense invicto, de tan solo 22 años de edad, Jesse Rodríguez (15-0, 10 KO’s), quien dominó la pelea por el cetro vacante verde y oro gracias a su velocidad, el poder de sus puños y combinaciones de golpes.
En el tercer round, Rodríguez demostró que no le tenía miedo al sinaloense de 33 años de edad a quien mandó a la lona. Si bien en los siguientes asaltos el mexicano presionó con combinaciones de golpes, su guardia abajo ocasionó que su rival lo conectara.
El tricolor presionó con ganchos y upper que no le hicieron mucho daño al texano, quien mantiene la velocidad hasta el último segundo.
Rodríguez se impuso por decisión unánime en el Footprint Center de Phoenix, EU, con tarjetas por 117-110, 115-112 y 117-110 para convertirse en el monarca del orbe más joven de la actualidad.
“Esto era exactamente lo que esperaba y lo conseguí. Sabía que tenía que seguir boxeando, seguir la estrategia y eso fue lo que hice. Tenía la confianza de que podía hacer un gran combate con una notificación tan pronta”, declaró Rodríguez, quien sustituyó a Wisaksil Wangek (mejor conocido como Srisaket Sor Rungvisai), quien dio positivo a Covid-19.
Este fue el segundo descalabro de Cuadras en un año y cuatro meses. En octubre de 2020 cayó con un nocaut técnico en el undécimo asalto en la pelea de revancha ante su compatriota Juan Francisco “Gallo” Estrada, quien defendió el fajín.
“O mi carrera o se vuelve a ir a las nubes o se va para abajo. Sé que es un parteaguas, es la pelea más importante de mi vida”, declaró Cuadras a RÉCORD.
El 31 de mayo de 2014, "Príncipe" Cuadras se coronó monarca Supermosca CMB y perdió el cetro en su séptima defensa, en septiembre de 2016, ante el nicaragüense Román “Chocolatito" González.
En mayo de 2018 cayó en depresión, por lo que recurrió al consumo de alcohol y drogas. Tras su rehabilitación y con el apoyo de su familia regresó al ring con el deseo de volver a alcanzar la gloria.
