El juego amistoso entre México y Senegal no despertó gran interés en Miami y es que tuvo que desarrollarse en un estadio con una muy pobre asistencia.
Pese a que el juego estaba agendado en el Marlins Park con varias semanas de antelación, poca gente fue la que se dio cita en el inmueble.
A lo largo del encuentro, las gradas del estadio lucieron desoladas, ante un juego de poca intensidad.