La 'Sana Distancia' se procuró respetar en Ciudad Universitaria, pero fue inevitable que los asistentes se aglutinaran entre ellos, aunque el uso del cubrebocas fue respetado por la gran mayoría.
Previo al inicio del partido entre Pumas y Atlas, el ingreso del público se notaba en calma, coordinado y sin percances, además avanzaban conforme lo señalaban las señalizaciones, pero mientras más se acercaba la hora del inicio, la paciencia fue perdiéndose y con ella el orden de los presentes.
A pesar de que habían rejas que marcaban las filas para el acceso, estas no se respetaron y entre empujones y gritos, comenzaron a remover estos límites, con la inquietud de poder ingresar al estadio por lo que fue necesaria la presecencia de los cuerpos policiales para intentar poner orden.
Sin embargo, fue de poca ayuda ya que los aficionados incluso empujaron a los elementos de seguridad, sin importar la presencia de niños y familias enteras, además de que en la entrada algunos ingresaron sin haber registrado su boleto en las puertas.
Algunos de los aficionados que comenzaban a imponer el desorden fueron retirados rodeados de policías y escudos, alejados hasta una zona en la que no lograran acercarse de nueva cuenta.
En otros accesos, aunque habían menos aficionados, el caos fue el mismo. La distancia no se logró conservar entre ellos y los protocolos como la aplicación de gel antibacterial ya no fueron solicitados, además de que las revisiones de rutina por parte de los policías fueron un tanto superficiales.