En una noche fría en el Estadio Hidalgo, Pachuca y Tigres protagonizaron un encuentro intenso pero sin goles, donde la táctica y la cautela reinaron por encima de la chispa ofensiva. Ambos equipos, dirigidos por Guillermo Almada y Guido Pizarro, este último desde el palco, se estudiaron con precisión, generando pocas oportunidades claras pero manteniendo la tensión en cada minuto.
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La falta de puntería y el orden defensivo dejaron al público con ganas de un gol que nunca llegó. El partido arrancó con una declaración de intenciones por parte de Tigres. Apenas al minuto 1, Juan Brunetta se animó con un derechazo potente desde fuera del área, un disparo que amenazaba con colarse en el ángulo. Sin embargo, Carlos Moreno, con una atajada espectacular, desvió el balón, dejando claro que sería una noche complicada para los atacantes felinos. La respuesta de Pachuca no se hizo esperar, mostrando que también tenía pólvora desde lejos.
Corría el minuto 13 cuando los Tuzos respondieron con un intento similar. Elías Montiel, con la confianza de la juventud, sacó un disparo de larga distancia que buscaba sorprender a Nahuel Guzmán. El “Patón”, con reflejos felinos, voló para sacar el balón del ángulo y enviarlo a tiro de esquina. Este intercambio de disparos a distancia marcó el tono de un primer tiempo donde ambos equipos tanteaban sin arriesgar demasiado, priorizando el control sobre la osadía.
Pasada la media hora, Tigres tuvo la oportunidad más clara del primer tiempo. Tras un tiro de esquina, Brunetta mandó un centro preciso al segundo poste, donde Joaquim Pereira esperaba sin marca. El central brasileño, con el arco prácticamente a su merced, no logró conectar el cabezazo, dejando escapar una ocasión inmejorable. El Hidalgo contuvo el aliento, pero el marcador permaneció intacto, reflejando la paridad en el terreno de juego.

Antes del descanso, Pachuca estuvo cerca de aprovechar un error defensivo de Tigres. La presión alta de los Tuzos, característica del estilo de Almada, puso en aprietos a Rómulo Zwarg. El mediocampista, al intentar tocar hacia Nahuel Guzmán, no se percató de que el portero estaba fuera de posición, por lo que el argentino tuvo que correr desesperadamente hacia su propio arco para evitar un autogol, y aunque la pelota pasó apenas desviada, el susto fue evidente.
En la segunda mitad, Pachuca intentó tomar la iniciativa. Al minuto 55, Kennedy, uno de los elementos más incisivos de los Tuzos, sacó un remate de media vuelta en la frontal del área. El disparo, potente y colocado, fue detenido por Nahuel Guzmán, quien, aunque se lastimó en la acción, logró reincorporarse sin mayores problemas. Este momento encendió al público local, que empujaba a su equipo en busca del gol que rompiera el empate.

Los minutos finales fueron un reflejo del resto del encuentro: ambos equipos buscaron, pero los porteros se agigantaron. Moreno y Guzmán, con un par de atajadas más, frustraron los intentos de sus rivales, consolidándose como los héroes de la noche. Al silbatazo final, el 0-0 dejó un sabor agridulce en el Hidalgo
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