Los tiempos de pandemia han golpeado fuerte a la industria del futbol y la reventa no ha sido la excepción, pues este sábado ha sufrido un fuerte revés en el Estadio Azteca previo al encuentro entre Cruz Azul y Toluca.
Como ya es una costumbre, los revendedores se dieron cita desde temprano en el Coloso de Santa Úrsula, pero en esta ocasión no pudieron seducir a los aficionados.
Y es que ante las normas de venta por la pandemia, la mayoría de aficionados llegó al inmueble con boleto impreso en la mano, por lo que hacían caso omiso a la reventa.
Además de eso, los altos costos terminaron por espantar a la afición de Cruz Azul y Toluca, que por un boleto general tenían que pagar 500 pesos.
Es por ello que, cuando la hora del silbatazo inicial se acercaba, los revendores disminuyeron considerablemente sus pretensiones con tal de colocar algo de su boletaje.