Una discusión entre Guillermo Almada y Miguel Herrera terminó en la decisión del árbitro César Arturo Ramos en expulsarlos del campo en la parte final del América contra Santos.
Con esto el técnico del América tendrá que ir una vez más a la tribuna en el siguiente encuentro, justo cuando volvía de tres partidos de suspensión por ofender a los silbantes. Para algunos exagerada o no la expulsión del Piojo en la derrota ante los Guerreros, pero para el mandamás Emilio Azcárraga es una bomba de tiempo que, le advirtió, puede explotar en cualquier momento.
La tarjeta roja debía de ser para Herrera una pesadilla en los partidos restantes, luego de lo acontecido ante Cruz Azul, ya que en una reunión con Azcárraga, este le advirtió que no toleraría más indisciplina de su parte, que su actitud no era negociable y más allá de los resultados, esto sería parte de una evaluación al final del Apertura 2019, por lo que podría estar viviendo su examen final en esta Liguilla el entrenador americanista.
Los resultados han sido irregulares, pero sí algo le ha exigido el dueño del equipo a Herrera, es que no vuelva a cometer los errores que tuvo en 2015 al actuar de manera agresiva siendo el técnico de la Selección Mexicana ante un comunicador.
Incluso, el propio Santiago Baños, Presidente Deportivo del equipo, es consciente de que más allá de la amistad, Miguel pasará por una dura evaluación sobre el puesto que hoy desempeña, ya que le aconsejó que ante los ojos arbitrales ya no deberían existir confrontaciones.
Miguel lo dejaba claro días antes, no cambiaría su esencia que lo ha llevado a colocarse en los ojos del futbol mexicano, pero en las altas esferas ya no quieren ver a su entrenador lejos del banquillo azulcrema como castigo a sus actitudes.
Además, la encomienda es una, ganar el campeonato en este torneo y de esta forma justificar la inversión y planeación que se ha hecho para el semestre, pero los resultados no han sido los esperados y ante los primeros lugares de la tabla no han podido ganar.
La Liguilla significará una de las pruebas más importantes para la continuidad de su técnico, que en su segunda etapa tiene dos años al frente, con un título de Liga y uno de Copa en este su quinto torneo.