El americanismo hace efervescencia especialmente a mediados del otoño, cuando se acerca el 12 de octubre, día de su aniversario. Este año serán 103 vueltas al sol del club más ganador del futbol mexicano, 60 de ellas bajo el mando de una familia que ha unido ya sus raíces al equipo azulcrema, inseparables, que ha forjado la parte medular del éxito en la historia de las Águilas: los Azcárraga.
En 1959, el empresario Emilio Azcárraga Milmo, hijo de Emilio Azcárraga Vidaurreta, propietario de Telesistema Mexicano, empresa que hoy es Televisa, adquirió al América y comenzó la aventura más gloriosa de nuestro balompié. Emilio Azcárraga Jean, hijo del Tigre, es el actual encargado máximo del destino de las Águilas, un empresario orgulloso de su equipo, apasionado como pocos propietarios, y con la mira puesta en un objetivo inalterable: “seguir siendo el más grande”.
En charla exclusiva con RÉCORD, en el marco del Clásico Nacional ante Chivas, el dueño de los emplumados reconoce lo especial del duelo, pero manda un mensaje contundente al americanismo: “En esta casa no se salva la temporada ganando Clásicos, se salva ganado títulos”.
¿Qué representa para los Azcárraga cumplir 60 años con el América, el club ya es como un miembro de la familia?
Para nosotros ha sido una gran satisfacción, privilegio y orgullo ser parte fundamental de la historia del América. Tanto mi abuelo, mi padre y yo hemos tenido claro que liderear al América significa un gran compromiso con la afición, el equipo, todos los que trabajan en él y el futbol mexicano en general.
Aunque el América es una parte importante en la historia de la familia Azcárraga, el América es de la afición, por lo que yo diría que es miembro de la familia de cada aficionado que lo lleva en su corazón, incluyéndome a mí, por supuesto.
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¿Qué le transmitió su padre sobre dirigir los destinos del América, cuál fue su principal consejo?
Que no me ‘ganara’ la cancha, es decir que en un equipo de futbol cada quién debe desempeñar la responsabilidad que le toca. El dueño debe respetar, dentro de ciertos límites, las decisiones que toman los directivos y el técnico. Eso sí, siempre apoyando responsablemente y buscando el mejor desempeño del equipo.
En este torneo distinto para América, con muchas salidas de jugadores, para directiva, cuerpo técnico y plantel, ¿la exigencia del título sigue intacta?
Todos los torneos a los que entra el América son iguales, independientemente de la movilidad de los jugadores. La exigencia es ganarlos. Un jugador del América recientemente lo dijo de forma muy elocuente: a la hora de mostrar resultados con la afición y con nuestros seres queridos no importa el tamaño o importancia de la competencia. Yo repito mucho que el América siempre debe jugar para ‘campeonar’.
Ha sido un torneo complicado, por los cambios, salidas y llegadas, y las lesiones, pero el América no puede tener excusas, la exigencia es seguir siendo el más grande.
¿Qué significa el retorno de Guillermo Ochoa, cuestionado en sus primeros juegos?
Memo Ochoa siempre ha sido de casa y tuvo el valor de ir a explorar nuevos horizontes cuando ese tipo de aventuras no era fácil para los jugadores mexicanos. Estamos felices que esté de nuevo aquí, en su casa. Estoy seguro que contribuirá con su habilidad y experiencia a alcanzar los logros que siempre le exigimos al América.
Esta presentación se hace en el marco del Clásico, ¿qué le representa las circunstancias que vive Chivas?
Para nosotros el Clásico y la rivalidad con Chivas son muy importantes. En el futbol todo equipo tiene altibajos, sin embargo, al futbol en general le es importante tener unas Chivas fuertes y competitivas.
Me da gusto que Amaury (Vergara) haya tomado la presidencia del equipo para corregir los errores cometidos en el pasado y estoy seguro que su principal interés es construir un equipo fuerte y competitivo, y para eso está trabajando. Ahora, reconstruir el equipo que le dejaron va a tomar tiempo.
Es un Clásico más, es la rivalidad más grande, pero en esta casa no se salva la temporada ganando clásicos, se salva ganado títulos.