América es sinónimo de poderío y grandeza, adjetivos que fueron manifestados durante la Final de la Temporada 1987-88 en donde las Águilas consiguieron su séptima corona al vencer a los Pumas en la Final de dicha competencia, en donde los azulcremas remontaron una desventaja del duelo de Ida.
Para el exarquero, Adrián Chávez, el caer en el primer encuentro de esa serie contra los universitarios no causó pánico dentro del vestidor, sino al contrario, había certeza de que remontarían debido a que contarían con el Estadio Azteca como su principal aliado para debilitar a los auriazules.
"El primer partido terminó 1-0 a favor de Pumas en CU con un penalti que Luis Flores me anotó y que estuve a punto de atajar, me lo tiró a mi lado derecho", mencionó.
"Sabíamos que el Estadio Azteca lo hacíamos pesar. Siempre en el Azteca los equipos se achicaban y sabíamos que ahí Pumas iba a bajar los brazos. Desde que concentramos para el partido, pensamos que debíamos trabajar fuertemente para poder hacer que Pumas se rindiera y así fue", recordó el exguardameta americanista en charla con RÉCORD.
Aquella campaña fue complicada en el arranque para los de Coapa, ya que fueron víctimas de la irregularidad, hasta que en la Jornada 11 tomó las riendas el estratega Jorge Vieira, quien revolucionó a esas Águilas hasta llevarlas al título.
"Hizo muchas cosas, que nos embaláramos y no solamente internamente estábamos sólidos, sino que incluso las familias se involucraron con nosotros. Nos involucramos con los papás, los hijos, los hermanos o primos de los compañeros. Hicimos una gran familia y se notó", finalizó Chávez.