SALVADOR RODRÍGUEZ | IVÁN CAÑADA
Cientos de fanáticos llegaron a las taquillas del Nemesio Diez con la ilusión de comprar sus entradas para apoyar al Diablo en la Final, como han hecho todo el torneo, pero terminaron la jornada en medio de la incertidumbre, gritando improperios y con el coraje más grande de su vida porque nadie les daba una respuesta.
Fue un día caótico, primero tuvieron que lidiar con el frío, luego con el impaciente sol, algunos llevaron casas de campaña, otros sillones viejos y cobijas y los menos botes para sentarse, pero al final, tuvieron que lidiar con la organización.
Los protestantes, con abono en mano, se quejaban de que sólo habían vendido 600 boletos, de que ellos tenían derecho a comprar dos y cuando casi estaban a punto de llegar a la taquilla se toparon con una pancarta que decía, ‘boletos para abonados agotados’, lo que causó su molestia, pues según ellos, había revendedores que salían con fajos de boletos.
Críticas fuertes contra la directiva del equipo por la mala organización fue el resultado de gente que deberá esperar a que se abra la venta de boletos al público en general para conseguir una entrada, o animarse a comprar un bole en reventato que normalmente costaba 400 y 600 pesos hasta los mil pesos o poco más, según informaron los propios aficionados, aunque gritaban entre ellos que no comprarían en reventa.
Por tercera vez en la Liguilla volvieron a subir los precios en el Nemesio Díez, ya que los boletos que para el juego pasado estuvieron en 800 pesos, ahora se venden en mil, mientras que los más baratos, en general, cuestan 200 pesos y los más caros hasta mil 500 pesos.
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