IVÁN CAÑADA
Desde las gradas del Nemesio Diez presenció la actuación de uno más de sus rivales. Miguel Herrera estudia cada aspecto y busca detectar los atributos y debilidades de sus contrincantes. En Toluca aprovechó la visita de los Tigres, equipo al que enfrentará dentro de dos semanas en el Estadio Azteca para tomar nota.
El Piojo llegó a tiempo a Toluca para el estudio de campo sobre su próximo rival y de paso analizar también a los Diablos Rojos. Podría recibir informes, pero nada mejor que verlo de manera directa. Herrera buscó pasar inadvertido y simplemente analizó el encuentro durante los 80 minutos que permaneció en las gradas del campo de la capital mexiquense.
Antes de que se iniciara el partido, Herrera, como figura reconocida entre los asistentes al Nemesio Diez, aceptó algunas fotografías y dar autógrafos a la gente que se reunía a su alrededor.
Apenas comenzó el partido y el Piojo tomó su lugar para tomar las primeras notas, siempre atento a cada movimiento de los equipos como cualquier aficionado, pero sin la emoción desbordada por las acciones de gol.
Para el segundo lapso, Herrera se mantuvo en su lugar y no perdió ni un segundo de atención. Fue hasta que llegó el minuto 80, ya cuando el Toluca tenía la victoria en el bolsillo que el técnico americanista decidió levantarse de su lugar para emprender el camino de vuelta a casa y con el tiempo necesario para evitar una salida complicada del inmueble por el tránsito alrdedor del mismo y con los apuntes de Tigres en la mente.
