KARLA UZETA
La eliminación de Monarcas a manos de Tigres (1-4) caló tan hondo en la afición de Monarcas, que al término del partido, fanáticos enardecídos ingresaron a la zona donde estaban los autobuses de ambos equipos, en las afueras del Estadio Morelos, y comenzaron a arrojarles toda clase de objetos.
En ese momento, elementos de seguridad privada del inmueble salió inmedatamente para resolver el incidente; sin embargo, resultaron insuficientes, pues al no portar armas, tuvieron que hacerse de palos y toda clase de ';herramientas'; que pudieran tranquilizar a los aficionados enojados.
Mientras, dentro del inmueble, el personal de seguridad que permaneció ahí evitó a toda costa que los medios de comunicación y aficionados que quedaban dentro, salieran a la explanada donde se seguían golpeando los guardias con aficionados. Por lo que la prensa tuvo que subir a las escaleras y zona de palcos para registrar los hechos. Incluso, a distancia se pudo observar al técnico Tomás Boy, quien resguardado por una veintena de guardaespaldas se disponía a subir al camión de Monarcas, pero ante la trifulca, regresó a los vestidores. De igual forma, los jugadores y sus familias permanecieron en las instalaciones del estadio esperando a poder salir.
En tanto, la cantidad de fanáticos disminuyó al ver que las patrullas con las sirenas prendidas se acercaban al inmueble; sin embargo, hubo un pequeño grupo que permaneció en el estacionamiento golpeando una motocicleta que minutos antes había sido incendiada.
Finalmente, la situación se tranquilizó y patrullas de la Policía Estatal continuaron rondando el estacionamiento del Estadio Morelos; sin embargo, la hostilidad por la derrota de Monarcas no se tranquilizó, pues algunos aficionados, fuera de la sala de prensa exigían la salida del ';Jefe';, pues lo culpaban de la eliminación.
