Pese a estar a miles de kilómetros, el golpe por la fiesta previa al viaje a Dinamarca causó un gran impacto en la Selección Mexicana e hirió el interior del Tricolor.
En un primer momento el asombro, el descontento y la decepción permeó por igual, aunque a unos más que a otros, como es el caso de Héctor Herrera, que llegó a instancias íntimas. Sin embargo, días después del incidente, el tema ha tenido que quedar atrás, quizá no porque lo olviden, sino porque así se los han exigido cuerpo técnico, el coach mental y los directivos del conjunto tricolor.
RÉCORD pudo enterarse que después de que Herrera volvió de su viaje exprés, se habló fuerte y claro en el seno del grupo. Esta vez, con la voz autorizada de Rafael Márquez, líder del selectivo mexicano. Además, el trabajo de Imanol Ibarrondo ha resultado fundamental para que el equipo supere este tema.
Dentro del equipo lanzaron: “hoy más que nunca queremos demostrar que podemos ser los mejores en la cancha”. El orgullo y revancha personal que cada uno ha forjado quieren que se transmita en el terreno de juego.
Juan Carlos Osorio es el líder de este grupo, pero no sólo en el esquema táctico, también en las palabras. Ha encontrado los términos perfectos para entender, aconsejar e inyectar de nuevo esa ‘gasolina’ que tenía encendidos a los seleccionados, creyendo que tienen todos los elementos para ser campeones del mundo.
Cerraron filas, porque primero está Dinamarca, el último ensayo para la justa mundialista, pero de inmediato pondrán la mente en el duelo contra Alemania y, con ello, quiere potencializar las virtudes de un grupo de jugadores que se ha caracterizado por romper adversidades.
Les pidieron a los futbolistas que el triunfo sea por la afición y ellos entendieron el mensaje. Razón por la que han luchado para que sus capacidades superen lo sucedido en la última semana y se enfoquen en lo deportivo. Saben que los seguidores están heridos y arrancar con un triunfo la aventura mundialista podría ayudar a sanar.