Estamos ante la puerta del año mundialista. La máxima fiesta del futbol se vivirá en 2018 y, de nueva cuenta, México está invitado, con la obligación de satisfacer la obsesión de alcanzar el quinto partido de una vez por todas.
En 2017, bajo el mando de Juan Carlos Osorio, el camino para clasificarse a la Copa del Mundo fue un paseo en el parque: el Tri registró seis victorias, tres empates y una sola derrota para amarrar la cima del grupo en el Hexagonal Final de Concacaf, algo que no ocurrió en el ciclo mundialista pasado, cuando a punto estuvo de quedarse fuera de Brasil 2014.
Ocho de los partidos de esta etapa eliminatoria se dieron en este año y la Selección Mexicana volvió a demostrar su superioridad en la zona, pues nunca estuvo en riesgo su pase a Rusia 2018 y sólo perdió cuando visitó a Honduras, ya con el boleto en mano.
Sin embargo, ese paso hegemónico y contundente no se replicó en otras competencias, en las que el funcionamiento del equipo de Osorio dejó mucho qué desear y el primer fracaso se consumó en la Copa Confederaciones, el ensayo previo al Mundial donde México no pudo hacerle frente a potencias de Europa.
Tras debutar con empate frente a Portugal, parecía que habría una actuación decorosa en Rusia; después vinieron sendas victorias frente a Nueva Zelanda y el anfitrión, con lo que se consiguió el pase a las Semifinales. No obstante, la escuadra Tricolor fue humillada 4-1 por una Alemania plagada de jóvenes. Luego, en el juego por el tercer lugar, los lusitanos se impusieron 2-1 para que los mexicanos volvieran a casa con las manos vacías.
Fue un golpe duro para el combinado nacional y las críticas sobre el timonel colombiano no se hicieron esperar, sobre todo porque continuaba con su estigma de hacer rotaciones y no tener un cuadro base para cualquier competencia. Entonces vino la participación en la Copa Oro, donde las críticas se hicieron más fuertes al ver que un equipo 'B' no podía salir con la mano en alto del torneo realizado en Estados Unidos.
La Selección estuvo dirigida por Pompilio Páez en esa justa, pero nunca terminó por apreciarse una actuación sólida por parte de los jugadores y cayeron en Semifinales frente a Jamaica. De nueva cuenta, la afición se volcó en contra del Tri y Osorio, aunque la consolación llegó en la eliminatoria mundialista justo antes de terminar el año.
En total, México disputó 25 partidos en 2017 de los cuales ganó 15, igualó en cinco y perdió en otros cinco; es decir, tiene un 60 por ciento de triunfos en el año, algo positivo para las estadísticas. No obstante, a pocos meses de asistir a Rusia 2018 y con los rivales que enfrentará en la Fase de Grupos, muchos vaticinan una exhibición para el olvido en el Mundial.
Lo visto en el año que está por terminar no da muchas esperanzas: no hubo un 11 base, los convocados 'europeos' bajaron su nivel, sólo se apostó por Hirving Lozano como futura promesa, los atacantes perdieron su olfato goleador, la defensa lució endeble, y un largo etcétera. Hay mucho trabajo por hacer, aunque cuando tienes todo en contra, es más fácil dar una grata sorpresa. Que así sea.