BRENDA GRACIANO
La tarde del 24 de marzo de 1996 era calurosa y se sentía en el ambiente de la ciudad un aire a Clásico, uno de los cuales es sin lugar a duda, de los más recordados en la historia de los derbis regios, aquel que marcaría para muchos el adiós de Tigres a la Primera División A.
Y qué mejor protagonista de la historia que el argentino adoptado regiomontano, Sergio Ariel Verdirame, quien a los 22 minutos de acción de aquel partido recibiera un pase de Raúl Aredes por la derecha y empalmara una volea que venció a Robert
Dante Siboldi, para callar a un imponente Estadio Universitario, que apenas minutos antes veía cómo Omar Arellano había puesto en ventaja a los felinos.
"La jugada fue de Raúl Aredes por derecha, tira el centro con pierna cambiada con efecto y la agarro de volea muy bien, quizá es uno de los goles que más recuerdo por eso, porque fue aparte de un gol muy importante, fue un gol muy lindo y que le pudo dar el triunfo al equipo.
"Fue el del empate, luego el de Luis Miguel (Salvador) fue el del triunfo, la verdad que sentí mucha alegría, pero no por el morbo que la gente lo ve, en mi vida tuve la fortuna de jugar ocho clásicos y ganar los ocho, la alegría de convertir un gol importante en un clásico, con estadio lleno, eso si no voy a mentir eso lo sentí y recuerdo hasta el día de hoy, porque es un gol de los que catalogo como de los bonitos dentro de mi carrera”, dijo Verdirame a RÉCORD.
El Pibe, quien empalmó aquel mítico esférico de pierna izquierda, corrió hacia el centro del campo eufórico y se abrazó con José Antonio Noriega, luego de anotar uno de los goles más bonitos en sus casi 20 años como futbolista profesional.
"(El gol) yo lo recuerdo como uno de los más bonitos de mi carrera, como un gran gol a un gran portero como lo es Robert Dante Siboldi y como un día especial en el que se dio todo lo de Tigres, pero no con ese morbo, soy sincero tenía a muchos amigos jugando en Tigres y los respeté mucho”, comentó el nacido en Buenos Aires.
El mismo talentoso ex jugador, dijo que si bien mucha gente aún lo recuerda a forma de burla, para ellos dentro del campo fue un hecho triste, que marcó el descenso de jugadores que más que rivales fueron grandes amigos.
"Cuando terminó fui a darle un abrazo a muchos, yo me acuerdo de Martín Ubaldi, que en un momento hasta días antes habíamos estado hablando del tema del descenso, del tema de lo que se sufre, fui a saludar a varios, el mismo Omar Arellano que después tuve la fortuna de estar en Veracruz con él y la verdad que fue un momento difícil”, señaló el ex atacante albiazul.
"Pero nosotros teníamos que hacer nuestro trabajo, teníamos que defender a Monterrey a como diera lugar y lo logramos, y después de ese partido ganamos los dos últimos y nos metimos a la Liguilla, entonces fue un buen cierre de año”, finalizó.