Son historias similares, de resurgimiento futbolístico: Martín Bravo y Marco Fabián han sido dos de las figuras del Clausura 2014 y ambos venían de un torneo decepcionante.
Bravo y Fabián han recuperado su mejor nivel, su olfato en el campo, su destreza en el ataque y han ayudado a que sus equipos, Pumas y Cruz Azul, respectivamente, estén en los primeros lugares en la tabla y sean aspirantes al título.
El atacante argentino se ha convertido en el líder del equipo felino. El torneo anterior fue uno de sus peores en México porque sólo metió dos goles y Pumas terminó en el último lugar de la tabla. Martín tenía una deuda con los fanáticos universitarios y se ha dedicado a pagarla con futbol, entrega y goles.
Bravo ha jugado 913 minutos en 11 partidos, en los que lleva nueve goles, que lo hacen líder en este rubro en la Liga, con promedio de un gol cada 101 minutos. El resultado: Pumas es el tercero en el torneo y se perfila a la clasificación. En esta temporada el delantero ha puesto sus mejores números y todavía queda una tercera parte del torneo, más la Liguilla.
Del otro lado, Marco Fabián es un jugador diferente con Cruz Azul al que era en Chivas. La temporada pasada apenas metió tres tantos. Hoy toma el liderazgo en una Máquina plagada de jugadores más experimentados que él.
El mediocampista se ha alejado de los problemas extracancha, las fiestas, el alcohol y la farándula. Se ha enfocado al futbol, a cuidar su físico y a pulir su juego. El resultado es radical: 848 minutos jugados en 10 partidos, seis goles líder en su equipo-, con una media de un tanto cada 141 minutos.
Se acerca la Liguilla, la fase más importante del torneo, la que separa a los buenos jugadores de los mejores. Bravo va por su tercer campeonato en México, todos con Pumas, mientras Fabián busca su primer título y un lugar en la Selección para el Mundial de Brasil. Lo mejor es para los fanáticos, quienes pueden apreciar y disfrutar su repunte futbolístico.