'Ronaldinhomanía' regresa a Querétaro

Ronaldinho saluda a la afición en La Corregidora
Ronaldinho saluda a la afición en La Corregidora
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ERNESTO PÉREZ
RENÉ UMANZOR
| 11 Nov, 2017

Las calcetas a la mitad de las espinillas y una sonrisa permanente en el rostro reflejaban el gusto de Ronaldinho Gaúcho por haber regresado a La Corregidora de Querétaro, estadio que hasta hace un par de años fue su casa cuando militó para los Gallos Blancos, equipo con el que logró llegar a una Final de Liga.

Dinho estaba de vuelta y la afición supo cómo agradecer que uno de sus ídolos más recientes regresara a casa. Desde su presentación, mediante el sonido local, la ovación fue total para el brasileño, quien saltó a la cancha a calentar y bromear con sus compañeros de equipo y también con los rivales.

Segundos antes de que el partido se pusiera en marcha, Ronaldinho se paró cerca del círculo central, volteó hacia la tribuna, saludó a la afición, que de inmediato respondió con un aplauso, al tiempo que el exastro del Barcelona se inclinaba para hacer una reverencia hacia la gente a manera de agradecimiento, gesto que realizó un par de ocasiones más dirigiéndose hacia otros puntos del estadio.

Cada ocasión que el sudamericano tocaba la pelota generaba la exclamación de los ahí presentes que aplaudían ya fuera un pase, una finta o un disparo, sin importar que este saliera a metros de la portería; total, era una fiesta dedicada al hombre que llegó a Querétaro en 2014 para convertirse en ídolo.

Incluso, en pausas del partido como entretiempo y para rehidratarse, algunos jugadores, rivales y compañeros, y hasta el cuerpo arbitral, aprovechó para pedir un autógrafo al exfutbolista, que sin dudarlo atendió a todas las peticiones.

Las playeras de Ronaldinho a las afueras de La Corregidora

Las playeras de Ronaldinho a las afueras de La Corregidora|RENÉ UMANZOR

El comercio no podía estar ajeno al festejo. En los alrededores del estadio, los puestos estaban plagados de camisetas con el número 49, el que utilizó Ronaldinho durante su paso por el equipo y cuyo costo oscilaba entre los 150 y 200 pesos, mientras que había muñecos del futbolista que tenían un costo de 200 pesos, así como gorras y llaveros con la figura de Dinho.

No podía faltar la cereza en el pastel y de qué manera. En la segunda mitad, el brasileño encontró un balón en tres cuartos de cancha y sin pensarlo disparó para mandar la pelota al fondo de las redes y desatar la euforia en la tribuna, que celebró la anotación del exastro como cuando jugaba con los Gallos.

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