Sergio Bueno no escapa de la condición que lo distingue como un personaje frontal y sincero. No convive con la hipocresía. Aquí lo manifiesta. El extécnico de Cruz Azul lo sintió, lo sufrió y nadie le hizo caso: Cuando denunció a los ‘reventadores’ que lo acosaban detrás de la banca celeste, a la directiva le dio igual.
Este clima adverso creció como crecen las malas hierbas. El sentir de los seguidores fue ‘contagioso’. La tolerancia desapareció y el entorno se tensó. Aquellas voces de la tribuna exigían su partida de La Máquina. La presión de las redes sociales estalló y por unanimidad se concluyó que nunca debió ser técnico de Cruz Azul, incluso antes de serlo. Hoy, Bueno, quien regresará este sábado al Estadio Azul como técnico de Chiapas, explica muchas de las ‘estúpidas’ causas…
¿Detectaste ciertos grupos que desde el comienzo no te arroparon? Se habla mucho de reventadores que sólo iban a gritar…
No, pero la paciencia no la tienen que tener los reventadores, la deben de tener en otros rangos (directivos). La realidad es que esta gente que mencionas hace acto de presencia en el estadio permanentemente. Parece que van con la mira bien puesta, con el objetivo bien definido de manifestarse.
¿Qué opinas de eso?
Es inconcebible, absurdo. Se ha hecho común. Siempre que estuve ahí, estuvo identificado, estuvo detectado; creo que el club (Cruz Azul) debería poner mucha más atención en ello. Lo veo inconcebible, lo he vivido en varios equipos. Si tengo atrás de mi banca, de mi estadio, de mi casa, a un grupo de reventadores, inmediatamente doy la instrucción a mi dirigencia, a los propietarios del equipo de que me aíslen de esa gente que nada más va a reventar y va a propiciar cosas adversas en el ánimo de los demás aficionados.
¿Lo platicaste con los directivos?
Eso, en su momento, lo llegué a externar y a plantear: que yo no concebía que no se aislara un área importante atrás de la banca del cuerpo técnico o de la banca de jugadores, pensando en que le des la total y absoluta libertad a gente que nada más va a reventar; a esa gente que la pongan en el otro extremo del estadio y si quiere gritar y manifestarse, que lo haga las veces que quiera, pero no, prácticamente, ante tus narices. Es incómodo, distrae, no es sano, genera una corriente negativa. Un club o una dirigencia o unos propietarios estarán facultados para decir cuáles deben ser los controles dentro de un estadio o de una tribuna.
¿Y qué respuesta recibiste cuando hiciste esta petición?
No, no quiero entrar más en detalles, la realidad es que esta situación la comento porque existe, la preguntas tú. La he vivido también en otros lados, en León, en Torreón, en cualquier sitio. En León, en su momento, tuve gente atrás, 30 o 40 personas molestando, hasta que tomé una decisión, con la dirigencia, les hice ver que a ese grupo lo tenían que mandar al otro extremo del estadio para que no molestaran porque estaban totalmente identificados.
La voz de la gente, la voz del estadio muchas veces transmite sensaciones, incluso, a sus propios directivos o contagia a los mismos aficionados, ¿esto colaboró para minar un poco la paciencia?
No, pero la realidad es que la animadversión que pudo haber existido no fue arrancando el campeonato, fue desde que se anunció mi llegada al club, porque en la actualidad se generan muchas tendencias en las redes sociales y que estúpidamente se hace caso a ellas, porque no concibo que en el anonimato la gente externe y comente cosas y que haya gente a la que se le termine moldeando la voluntad, por cuestiones de anonimato, con campañas que pueden estar orquestadas, que puede haber tendencias, que puede haber manipulación de la información, eso está más que sabido y que no quiere decir que sean verdad.
¿Esto también influyó?
(…) En la actualidad, esta famosa modernidad de las redes sociales son un detonador de tomas de decisiones, no tendría que ser por ahí, los análisis tienen que ser con mucha mayor reflexión, con muchos más elementos de juicio y no la simple voluntad, gusto y deseo o ánimo que pueda imperar en la gente.
¿Al técnico mexicano se le tiene menos paciencia que otro que venga de afuera, con un discurso, con dichos distintos como está pasando ahora mismo en Cruz Azul?
Muchas veces sí ocurre así. Hay cierta lógica, de repente para traer a un técnico de afuera es porque tiene un currículum, una trayectoria importante, lo moviste de un sitio donde tenía un trabajo a veces estable, con cierto éxito. Cuando eso está presente, pues como que los marcos de tiempo se generan con mayor fortaleza, con mayor firmeza, no hay tanta vulnerabilidad, como la que puede llegar a ocurrir con el técnico de casa, con el técnico nacional.
Entonces, hay que saber contratar…
En este ambiente resultadista en nuestro futbol, en el que en las primeras de cambio todo mundo se inquieta, les entran las dudas y se toman decisiones a la ligera, el problema mayor está ahí: cuando se contrata no se llega a hacer un análisis a fondo, como para saber si el técnico es el que cumple el perfil que requiere tu club.