La llegada de Pedro Caixinha a La Máquina se verá reflejada de manera directa en el sistema táctico del equipo, pues aunque existen algunas similitudes con el esquema que el equipo manejaba bajo las órdenes de Francisco Jémez, hay otras diferencias que harán de La Máquina un equipo distinto.
Bajo la gestión de Jémez, Cruz Azul recurría habitualmente a un 4-3-3; es decir, cuatro elementos defensivos, tres mediocampistas y tres futbolistas con mayor vocación ofensiva, esquema con el que el conjunto de La Noria pretendía una agresividad muy remarcada, así como un juego que trataban de mantener en campo contrario durante la mayor parte del tiempo.
Sin embargo, Caixinha recurre más a un 4-2-3-1. Pese a mantener también una línea defensiva de cuatro elementos, con dos centrales y dos laterales, el timonel portugués opta por mantener a dos contenciones fijos en el centro del campo, lugares que hasta ahora serían disputados por Rafael Baca, Francisco Silva, así como uno de los nuevos nombres en La Noria, Javier Salas.
Además, al igual que el técnico español, Caixinha gusta de jugar con dos elementos abiertos a la ofensiva que llegan a fungir como extremos; no obstante, la principal diferencia al frente radica en que el timonel portugués prefiere tener un hombre creativo que funcione como un ‘10’ y el cual se encargue de conectar con todos los elementos al frente y de convertir ocasiones de gol, algo que se buscará con la incorporación de Diego Valdés.
Todo ello sostenido por un hombre en punta, en este caso el mismo Felipe Mora, quien durante el torneo anterior mostró su olfato goleador al anotar 10 tantos y ser el jugador clave en la ofensiva celeste, pues sus anotaciones han permitido que el equipo cementero mantenga confianza en él para el Clausura 2018.