Uno de los mejores Clásicos del nuevo siglo se vivió en el torneo del Verano 2002, en el que Héctor Reynoso fue fundamental para darle a las Chivas un polémico triunfo de 2-3 contra el América, gracias a una anotación y una ‘atajada’ con la mano.
“Para el primer gol en contra me marcaron un penalti, en el que Luis Hernández se echó para atrás y me chocó. Le echó colmillo porque no era”, recordó el exzaguero en charla con RÉCORD.
El ‘Sansón’ reveló que fue doloroso asimilar ese momento debido a su juventud y por un regaño que le metió Oscar Ruggeri, entonces entrenador del Rebaño.
“Fue duro para mí porque fue de mis primeros Clásicos. Como joven lo que menos quieres es equivocarte y menos en un partido de esa magnitud. Además, en el descanso, Ruggeri me metió un regañadón porque pensó que sí era penalti. Me dijo hasta de lo que me iba a morir, que debía estar más concentrado, no regalar ese tipo de faltas”, dijo.
Para la segunda parte, el defensor se convirtió en el héroe al marcar el tanto del empate y posteriormente evitar, en dos ocasiones consecutivas, la caída de su marco; una de ellas con la mano.
“En el segundo tiempo me toca meter un gol y por toda esa impotencia que traía por el penalti que me marcaron y el regaño, pues se lo canté a mi técnico”, apuntó.
Reynoso recordó la jugada en la que salvó a Chivas de empatar ese Clásico y reconoció que impidió que la pelota ingresara a su portería con una mano, situación que le generó felicitaciones en el vestidor al finalizar el encuentro.
“Una jugada antes de que terminara el partido, un jugador del América remató, Oswaldo la sacó, pegó en el poste y se fue por la línea y de ahí la saqué con una barrida. El balón quedó ahí, alguien remató y me aventé como pude y la verdad el balón me pegó en la mano y ellos pidieron penalti. El tema era ganar a como diera lugar”, argumentó.