Chivas no solamente no define las jugadas frente a la portería rival, sino que tampoco concreta el meterse a la lucha por la Liguilla. El Rebaño sufrió un nuevo descalabro en casa que lo aleja dramáticamente de los ocho primeros, por lo que ya no depende de sí mismo para conseguir el milagro de la calificación.
El Guadalajara comenzó el partido enchufado, volcado al ataque debido a la necesidad de un triunfo que los mantuviera con vida en el campeonato.
La ilusión se avivó rápido, ya que Brizuela mandó un servicio por la banda derecha, Alan Pulido recentró con la cabeza y Ángel Zaldívar cerró la pinza para mandar la pelota a guardar y levantar de sus butacas a miles de aficionados que acudieron al estadio.
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El resto del primer tiempo fue una especie de ‘tiro al blanco’ en el que los jugadores tapatíos dieron muestra de su mala puntería fallando una jugada tras otra frente a la puerta de Sebastián Sosa.
Para el segundo tiempo Monarcas se revolucionó y cambió radicalmente la tendencia del partido, adelantando líneas en busca del tanto de la igualada.
La recompensa llegó casi de inmediato, a través de un tiro de esquina se incorporaron al ataque, en donde tras una serie de rebotes en el área, Gabriel Achilier empujó la pelota, misma que pegó en un última instancia en Fernando Beltrán para empezar el sufrimiento chiva.
La tendencia ofensiva michoacana continuó, encontrando en la táctica fija la llave para herir de muerte a un Rebaño que no supo cómo volver a inclinar la balanza a su favor.
En otro tiro de esquina, Sebastián Vegas se levantó e impactó de cabeza para dejar inmóvil a Raúl Gudiño y consumar otra noche de amargura en el Estadio Akron.
Cardozo no se guardó nada, mandó más armas ofensivas para fortalecer a su equipo, pero el cerrojo defensivo de Monarcas cambió radicalmente y se volvió impenetrable para los tapatíos que están a punto de concretar el segundo fracaso del semestre al quedar eliminados de Copa y ahora estar al borde del colapso en la Liga.
