Cuauhtémoc Blanco puso a las Águilas en lo más alto
Pese a debutar en la temporada 1992-93 bajo las órdenes del Miguel Ángel ‘Zurdo’ López, esta década quedó marcada por la magia que derrochó en la cancha Cuauhtémoc Blanco, leyenda y máximo ídolo contemporáneo del América.
Tras una intempestiva salida hacia el Necaxa, donde jugó en el Invierno 1997 y Verano 1998, fue Carlos Reinoso, otra leyenda del club, quien lo rescató para el nido en el Invierno 98 y Blanco respondió de inmediato al conseguir el título de goleo individual, con 16 tantos, además de que se estableció como máximo anotador del equipo en los tres torneos siguientes.
Este desempeño y una gran actuación en la Libertadores 2000 le valieron marcharse a España con el Valladolid, donde se perdió los títulos de la Copa Gigantes de Concacaf 2001 y del Verano 2002. Sin embargo, Manuel Lapuente pediría el regreso del ‘Temo’ en el Apertura 2002, cuando ya se encontraba consolidado e identificado como uno de los máximos ídolos de las Águilas; sin embargo, volvió a salir tras una riña contra el Sao Caetano en la Libertadores 2004.
Para el Clausura 2005, Cuauhtémoc Blanco Bravo volvería al equipo de Coapa portando el gafete de capitán y el ‘10’ en su espalda. Siendo este el regreso con mejor sabor de boca, ya que terminaría esa campaña como campeón, tras una goleada contra Tecos con un Estadio Azteca lleno por 90 mil espectadores, los cuales observaron la décima estrella de las Águilas, de la mano del comandante azulcrema, Cuauhtémoc Blanco. A ello se agregó el Campeón de Campeones 2004-05 sobre Pumas y otro título de Concacaf en 2006, con lo que América fue a Japón para el Mundial de Clubes, donde fue eliminado por el poderoso Barcelona.
El ocaso de la era de Blanco llegó en el Clausura 2007, cuando de sus botines llevó a las Águilas a la Final, donde pese a caer contra Tuzos el ‘Temo’ metería un derechazo al ángulo que recordaría toda su afición como el último gran gol del ‘10’.