Una vez que los seguidores de Pumas se enfrentaron con la policía a las afueras del Estadio Olímpico Universitario, la violencia se salió de control y los aficionados felinos agredieron a los medios de comunicación presentes.
Tras los golpes en las inmediaciones de CU, los fanáticos intentaron quitar los dispositivos a la prensa que grabó la pelea contra la policía y contra la afición azulcrema. Los elementos de seguridad intentó contener los ataques hasta que la barra local se alejó.