Como réplica de la novela de los ovoides desinflados que azotó a los Patriots en la NFL, me cuentan que el sábado pasado, en el vestidor de Morelia en el Azteca hubo muchas quejas porque había balones a los que “les faltaba presión” adecuada, una suspicacia que se lanzó contra América, como si lo hubieran hecho intencionalmente.
Me contaron que el técnico de Monarcas, Roberto Hernández, era quien protestaba con mayor ironía la situación. También me enteré de la reacción de las Águilas, que tomaron esta postura con humor, sin dejar que les afectara en la victoria que lograron a pulso; lo vieron como pretexto, pues.
El árbitro del encuentro no reportó nada, aunque sí ordenó una reposición de algunas pelotas que detectó efectivamente desinfladas, pero que no estuvieron en juego.
Cabe recorar que en el partido en cuestión, las Águilas derrotaron 2-1 a Monarcas con goles de Jorge Sánchez y Mateus Uribe. El tanto de los michoacanos fue obra de Sebastián Vegas.
