Como en la mayoría de los Clásicos, la polémica se hizo presente en la cancha del Estadio Azteca cuando al 31', el silbante José Alfredo Peñaloza marcó un penalti inexistente a favor del América.
Luego de un saque de esquina, los atacantes azulcremas regresaron el balón al área de La Máquina y éste pegó en el muslo de Omar Mendoza, para luego rebotar en su mano, lo que fue suficiente para que el silbante señalara la pena máxima.
Para la segunda mitad la situación no fue del todo diferente, y distintas jugadas desataron la polémica, incluida una caída de Rubens Sambueza al interior del área que fue señalada como tiro de esquina, aunque la afición celeste reclamaba un clavado y solicitaba la segunda amonestación.
Al minuto 69 Oribe Peralta fue expulsado por un presunto codazo sobre el Maza Rodríguez; la roja directa llegó para dejar en inferioridad numérica a las Águilas en el momento más complicado del partido.