En un partido de pasión desbordante es casi impensable imaginar goleadas de escándalo; sin embargo, más allá de los amplios marcadores que llegaron a registrarse durante los torneos largos, existen dos encuentros en torneos cortos que resaltan de la media.
EL AMARGO INVIERNO 96
El 25 de agosto de 1996 el Estadio Jalisco lucía pletórico para albergar un duelo titánico entre las Chivas de Ricardo Ferretti y el América de Ricardo Antonio La Volpe. Eran las 12 del día y Arturo Brizio el silbante central; la afición americanista no podría olvidar la humillación de aquella tarde.
Apenas con cuatro minutos en el marcador, en un contragolpe de ensueño, Ramón Ramírez puso la primera anotación de un partido que se pintaría totalmente rojiblanco; el portero de las Águilas, Oswaldo Sánchez, fue la víctima predilecta de Sergio Pacheco, Paulo César Chávez y Gabriel García, quienes dieron forma al estruendoso 5-0 que sacudió al coloso de la avenida Independencia.
Ni Germán Villa ni Raúl Gutiérrez, y mucho menos Kalusha, fueron capaces de poner freno a un Rebaño arrollador, conjunto dinámico que aprovechó al máximo la expulsión de Luis García al minuto 14 para ensañarse y lograr la mayor herida en el orgullo azulcrema desde que fueron instaurados los torneos cortos.
HUMILLACIÓN A DOMICILIO
Fue en el reciente Clausura 2014 cuando América cobró revancha de una cuenta pendiente de ocho años atrás; el 30 de marzo del 2014, en punto de las 19:00, el conjunto azulcrema apabulló al Rebaño al interior del Omnilife, una derrota que aún cala en el alma tapatía.
De la mano del siempre criticado Antonio Mohamed, los azulcremas pasaron por encima de las Chivas de José Luis Real; nueve minutos bastaron para que Luis Gabriel Rey abriera la cuenta y repitiera la dosis al 14'; Raúl Jiménez lograría el 3-0 al 55' y al 73', Luis Ángel Mendoza lograría el 4-0 definitivo.
De ese equipo que fraguó historia hace apenas año y medio quedan únicamente cinco futbolistas en la plantilla de Nacho Ambriz; Moisés Muñoz, Paul Aguilar, Pablo Aguilar, Osvaldo Martínez y Rubens Sambueza son los sobrevivientes de esa camada que abofeteó al Guadalajara en su casa y frente a su gente, en un capítulo de pesadilla que resulta difícil de olvidar.