Pese a que hubo cerca de mil espectadores para el Clásico Nacional Femenil que se disputó en el Estadio Chivas, el famoso grito de “pu...” apareció en las tribunas, pero fue erradicado inmediatamente.
Durante los primeros minutos del encuentro, la guardameta del América, Cecilia Santiago, realizó un despeje de portería, provocando que un pequeño contingente de aficionados entonaran el grito prohibido.
Unos minutos después, el sonido local del recinto solicitó el apoyo de los aficionados para mantener el respeto a las futbolistas, por lo que solicitó denunciar a quien gritara esa palabra durante el saque de las arqueras, situación que eliminó por completo.
Pese a que no se gritó esa palabra, los asistentes persiguieron con mentadas de madre, silbidos y ofensas constantes en contra de la árbitro central Lucila Venegas y las futbolistas, principalmente las azulcremas.
Posteriormente los fanáticos de Chivas comenzaron a corear el nombre de su equipo en cada despeje, por lo que los insultos quedaron en el olvido.