IVÁN CAÑADA
Un intento más fallido para el Cruz Azul. Van 15 años y contando. La Máquina perdió una nueva esperanza de romper su sequía sin títulos. Cayó en León, la tierra donde precisamente consiguió su último gran éxito, ante un equipo que de inexperto no tiene nada, menos de desesperado y presionado. Los Esmeraldas dominaron, atacaron, crearon y anotaron en 3 ocasiones, suficientes para pasar a Semifinales.
El Cruz Azul vivió justamente todo lo que buscaba impedir en su visita a León: fue dominado por su rival, no logró contener los embates de Burbano, Peña y compañía, además de que no generó opciones de gol, su principal preocupación gran parte de la temporada, que en los primeros 45 minutos volvió a sufrir.
La Máquina se descarriló desde muy temprano en el partido. Flores no atinaba a los regates de Burbano, Domínguez y su adaptación a la banda izquierda siguió sin llegar, mientras que en el mediocampo, Castro y Torrado perdían más balones de los que recuperaban. De Chaco, Pavone, Aquino y Vela, poco se podía destacar. Corrían por la cancha en busca del balón, pero si algo hace a la perfección este León, es cuidarlo y rotarlo con certeza.
El cronómetro apenas alcanzó el minuto 10, Burbano eludió a Flores hasta de manera infantil, corrió con el balón y sirvió para que Britos cruzara su disparo ante un Corona, que se contagió de los yerros de su equipo y falló en su intento por desviar el balón. La encomienda principal del León estaba completada, ahora había que aumentar la cuota.
El León tenía suficiente hambre como para no bajar el ritmo ni creerse el ganador. Insistió siempre con el balón atado al pie, con combinaciones constantes que confundieron aun más al Cruz Azul, desesperado desde el principio por no encontrar el esférico.
Con el paso de los minutos llegaban más opciones para los Panzas Verdes y más incertidumbre para el Azul. Tanto, que hasta Perea, su hombre de más confianza, perdió un balón con Maz, que terminó en pies de Burbano y otro dardo más al corazón celeste, gracias a la definición de Britos. Partido casi resuelto.
Los celestes querían cambiar el rumbo, pero no encontraban la manera. Sin el balón era imposible. El León lo tuvo y lo trasladó con respeto y cautela, la mejor forma para defenderse. Llegó el descanso, la mejor noticia para una Máquina ya derrotada anímicamente, ninguna novedad si se consideran sus últimas Liguillas.
En el complemento, los Esmeraldas le regalaron el balón a los celestes. Cedieron el esférico, pero no el control del partido, que también sin balón pudieron mantener. Chaco tuvo su gran oportunidad tras un pase de Aquino, pero el argentino volvió a fallar, jugada clave que prácticamente fulminó las aspiraciones del cuadro azul. Ninguna tan clara como esa ocasión.
Los de Vázquez intentaron, pero sin idea y sin alma, seguro que no lo lograrían. El entrenador celeste mandó sus variantes a la cancha con Orozco, Bravo y Maranhao. El resultado fue ninguna opción a favor.
Lo que sí encontró el Cruz Azul fue más frustración, reflejada, principalmente, en Mariano Pavone. El artillero argentino perdió la paciencia y fue expulsado tras un par de tarjetas amarillas, por un conflicto con Nacho González, a quien buscó para algo más que un simple empujón, impedido al final por los jugadores de ambos equipos.
Ya con todas esas ventajas, el León simplemente fue a buscar el marcador perfecto, conseguido a través de Luis Delgado para cerrar la fiesta. Eliminatoria más que definida y favorable para el Benjamín de la Liga MX, que ahora buscará colarse entre los mejores dos equipos de la competición.
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