LUIS SALAZAR
Fue un partido que generó altas expectativas porque Cruz Azul y Chivas son dos de los clubes grandes, pero decepcionó por las escasas emociones de gol que tuvo y por la nula hambre de triunfo.
El juego tuvo mucho esfuerzo físico de los jugadores pero poco futbol. Mucha marca, orden táctico, y poca espontaneidad. Los porteros Luis Michel, de Chivas, y Yosgart Gutiérrez, de Cruz Azul, se lucieron con un par de atajadas al final del juego y contribuyeron para que el partido terminara empatado a cero goles.
La noticia positiva para Chivas es que con el empate terminó su racha de 10 derrotas seguidas en partidos oficiales -siete en liga y tres en Libertadores-. Ya sumó su primer punto en este torneo y en la era John Van’t Ship, pero no mostró nada de ese futbol ofensivo que se supone debe tener el equipo y para lo que fueron contratados él y su jefe Johan Cruyff.
El Rebaño terminó su racha negativa de derrotas en un Estadio Azul que parece su segunda casa porque no pierde ahí desde el 2003 ante La Máquina. Esa racha seguirá unos meses más.
Cruz Azul regresó al futbol sin ideas ofensivas. En el juego sólo tuvo algunas escasas jugadas de gol: un cabezazo de Omar Bravo que pegó en el poste, un remate en el área chica de Alejandro Vela que detuvo Luis Michel y par de ocasiones que se creó Mariano Pavone, la última de ellas un cabezazo que por los reflejos del portero no fue gol.
Las Chivas crearon sólo un par de jugadas con Jesús Sánchez y Andrés Padilla y ambos tiros fueron detenidos por Yosgart, quien con su actuación de ayer intentó borrar el gol que regaló la jornada anterior.
Ambos clubes tienen tiempo para mejorar. Chivas ya se quitó esa racha de derrotas y puede trabajar con más tranquilidad. Cruz Azul pese a todo sigue invicto en la liga. A ambos les falta todavía futbol para ser aspirantes reales al título de la Liga MX.
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