Chivas puede terminar con el peor ataque de su historia

ÉRICK LÓPEZ

Cuando las cosas andan mal una avalancha de calamidades se desencadenan. El semestre actual se ha convertido en una pesadilla para el Guadalajara, que está a punto de implantar otra marca negativa para su franquicia.

El ataque actual, compuesto por Érick Torres, Carlos Fierro, Omar Arellano, Marco Fabián y compañía, está a punto de pasar a la historia negra del club.

Si en los próximos dos partidos no son capaces de anotar seis goles, se convertirán en la peor ofensiva rojiblanca de la historia. Hasta hoy suman 11 tantos en 15 partidos de Liga, con un promedio de 0.73 anotaciones por duelo.

El registro más bajo pertenece a los equipo que compitieron en los torneos de Apertura 2005 y 2010, en los que sólo anotaron 16 goles en 17 partidos. El promedio de anotaciones por encuentro de estas escuadras fue de 0.94.

En 2010 se encontraban en el ataque Omar Bravo, Alberto Medina, Adolfo Bautista, Fabián y Arellano, quienes dirigidos por José Luis Real no lograron superar la salida de Javier Hernández, quien meses atrás se marchó al Manchester United.

Y en 2005, el cese de Benjamín Galindo y la llegada de Xabier Azkargorta resultó contraproducente. En ese plantel también se encontraban Bravo, Bautista, Medina, quienes estaban acompañados por Sabah y Alejandro Vela.

En ninguna de las dos campañas anteriormente citadas se metieron a la Liguilla; el mejor romperredes en 2005 fue Bautista, con siete tantos, mientras que en 2010 fue Fabián, con seis.

Hoy las cosas lucen aún peor. Desfilaron dos técnicos (Fernando Quirarte e Ignacio Ambriz), mientras que está por debutar Alberto Coyote, quien se quedará como timonel interino.

El mejor goleador del equipo es el zaguero Héctor Reynoso, con cuatro tantos. Arellano, con tres, y Cubo, con dos, son los atacantes con más goles en el actual plantel.

El promedio de goles es dramático si se toma en cuenta la competencia de Libertadores; entre Liga y certamen continental, 21 juegos, el Rebaño sólo anotó 13 goles, para un promedio de 0.61 por encuentro.