El Arsenal se inclinó este sábado en el estadio The Hawthorns ante el West Bromwich Albion, cayó 3-1 y se alejó todavía más de los puestos de Liga de Campeones en la Premier League.
Después de ser humillado en la Liga de Campeones a manos del Bayern Múnich (2-10 en el marcador global) y golear al modesto Lincoln City (5-0) en FA Cup, el Arsenal volvía al campeonato doméstico con la obligación de sumar tres puntos que apaciguaran las críticas y le permitieran descontar la ventaja con los cuatro primeros de la tabla.
El comienzo de los Gunners no pudo ser peor, puesto que a los 12 minutos, después de que McClean avisara con un zurdazo que Cech mandó a saque de esquina, Dawson cabeceó al fondo de las mallas el córner posterior que botó Chadli y subió el 1-0 al marcador de The Hawthorns.
Sin embargo, la alegría de los casa apenas duró un par de minutos, puesto que Alexis, con su decimoctavo tanto esta campaña en Liga, recogió un gran pase de Xhaka, dribló a dos defensas y fusiló a Forster. Partido igualado para alivio de un Wenger que resoplaba en el banquillo y vive sus momentos más difíciles en sus 20 años en el norte de Londres.
El duelo se le complicó a los visitantes a falta de siete minutos para el entretiempo, cuando Cech se tuvo que retirar lesionado e ingresó en su lugar el colombiano David Ospina. En los primeros compases de la segunda mitad, el galés Robson-Kanu, que llevaba un minuto sobre el terreno de juego, adelantó a los 'Baggies'. Ospina salió mal por el balón y el delantero, en su primera jugada, recogió el rechazo y con la puntera mandó el esférico al fondo de la red y subió el 2-1 al luminoso.
A falta de un cuarto de hora para el final llegó la sentencia para los de Londres con un tanto calcado al primero: saque de esquina y Dawson llega desde atrás para cabecear a placer ante un Ospina que se queda a media salida. Pese a las intentonas visitantes, el marcador no se volvió a mover y el West Brom se llevó una merecida victoria que le da derecho a soñar con competición europa y que deja muy 'tocado' a Wenger y a su Arsenal, cada vez más lejos de los puestos de Champions League.