El Barcelona, con aires renovados, y el Sevilla, que atraviesa un apretadísimo calendario de partidos oficiales, disputarán este domingo el primer título de la temporada española, la Supercopa, que por primera vez se jugará a partido único y en el extranjero, en el Estadio Ibn Battuta de Tánger (Marruecos).
El equipo de Ernesto Valverde llega en esta ocasión a la cita tras completar una intensa pretemporada, en la que no ha dejado malas sensaciones, aunque los resultados no le han acompañado.
En la gira por Estados Unidos los azulgranas disputaron tres partido de la Copa Internacional de Campeones que se saldaron con un empate contra el Tottenham Hotspur y dos derrotas ante el Roma y el Milan.
Por su parte, el Sevilla llega a la novedosa cita de Tánger en medio de un agotador programa, pues será el cuarto partido de este nuevo ejercicio al tener que disputar las previas en busca de la fase de grupos de la Liga Europa.
Ahora se encuentra con el potente Barcelona, rival que el pasado mayo le barrió en la final de la Copa del Rey (5-0), lo que es un recuerdo doloroso para todos los sevillistas.
El nuevo técnico de los Blanquirrojos, Pablo Machín, en pleno proceso de inculcar su idea y estilo de juego y aún con la plantilla en fase de transformación, ha reconocido que llegan al partido poco rodados por la altura del curso en el que se encuentran.