Una crisis diplomática en el Golfo Pérsico pondría en peligro el desarrollo de la Copa del Mundo de 2022 en Qatar, con el que han roto relaciones sus países vecinos debido a diversas acusaciones, como el apoyo al terrorismo.
El bloque de Medio Oriente, liderado por Arabia Saudita, acusó a la sede del Mundial de apoyar a grupos como Al-Qaeda, los Hermanos Musulmanes y el Estado Islámico (ISIS).
Como consecuencia de la ruptura, las vías de comunicación aéreas, marítimas y terrestres fueron cortadas, situación que amenaza el abastecimiento de productos básicos. Ante este temor, los ciudadanos abarrotaron las tiendas y supermercados donde se apreciaron largas filas.
De prolongarse el aislamiento de Qatar, se pone en peligro también la construcción de las infraestructuras para el torneo.
La FIFA ya está al tanto de la situación; sin embargo, sólo se mostró expectante y sin dar una postura oficial. En tanto, algunos países afiliados al organismo ya solicitaron considerar un cambio de sede ante la posibilidad de que el conflicto se mantenga, según diversos medios.
Cuando se eligió la sede del Mundial 2022, Qatar superó a Estados Unidos y Australia, y fue respaldado por países con los que ahora rompió relaciones.