El Celtic echó mano de todo el corazón y empuje para empatar por 3-3 contra el todopoderoso Manchester City en un vibrante y bello partido, con lo que impidió además que el equipo de Pep Guardiola igualase el récord de once victorias consecutivas de un equipo inglés que ostenta el Tottenham.
Herido en su orgullo por la histórica y dolorosa derrota en el Camp Nou ante el Barcelona (7-0), el Celtic salió enfurecido para éxtasis de su fervorosa afición frente a un Manchester City que, con el serbio Aleksandar Kolarov en el centro de la zaga, era arrollado.
Y no tardó el Campeón escocés en superar la resistencia del meta chileno Claudio Bravo. A los tres minutos Moussa Dembélé remató un dentro del área y en fuera de juego, pero el silbante italiano Nicola Rizzoli dio validez al gol .
Pep Guardiola trató de que sus hombres recompusieran el camino y se encontró con la igualada gracias a Fernandinho, quien se encontró el balón dentro del área, tras un disparo lejano de Kolarov y no perdonó, para poner el 1-1
Era un partido enloquecedor, jugado a un ritmo más que alto, quizá demasiado para el gusto de Guardiola, en el que el Celtic imponía su empuje.
El premio no tardó en llegar en una acción de mala fortuna de Raheem Sterling, quien introdujo el balón en su portería al tratar de tapar un centro desde la izquierda de Kieran Tierney.
Y, casi sin respiro, como en un combate de boxeo, llegó la respuesta de nuevo de los 'Citizens'. Apareció la magia del español David Silva, metió un balón preciso a Sterling, este dribló para luego batir a Gordon.
No había pasado media hora y se habían visto cuatro goles y ataques sin desmayo en pleno frenesí, que para no ser menos se repitió tras el descanso y con el mismo orden de los factores.
Dembélé marcó el 3-2 al inicio del segundo periodo tras un fallo en el despeje de Kolarov y respondió de nuevo el City, a través de Nolito, que aprovechó un rechace del meta del Celtic para firmar el 3-3 definitivo.
Tras este empate, Celtic cerró la herida del Camp Nou y evitó que el conjunto de Pep Guardiola sumara el undécimo triunfo, a la par que benefició al Barcelona sobre el papel en la lucha por la primera plaza del grupo C.