La violencia volvió a aparecer en una cancha de futbol y ahora fue al término del juego entre Palmeiras y Peñarol, cuando jugadores se enfrascaron en una batalla campal.
Tras el silbatazo final del encuentro de la Copa Libertadores, el cuadro brasileño se disponía a festejar la voltereta de locura que logró frente a los uruguayos, al llevarse por marcador de 2-3 el cotejo que perdía por dos anotaciones, cuando los ánimos se comenzaron a calentar.
Luego de soltar tremendo puñetazo a un rival, Felipe Melo fue el jugador más perseguido por elementos del Peñarol, por lo que tuvo que rodear buena parte del campo para poder irse a los vestidores.
Desafortunadamente, la violencia se trasladó a la grada, donde aficionados de ambas escuadras se lanzaron objetos.