REDACCIÓN RÉCORD
El gran momento que vive Zlatan Ibrahimovic, delantero sueco del París Saint-Germain, quedó marcado con su actuación del miércoles pasado, en la que no conforme con anotarle cuatro goles al Anderlecht, en partido de la Fase de Grupos de la Champions, realizó un disparo prácticamente imparable, a 149.67 km/hr.
El misil que mandó Ibrahimovic se convirtió en el tercer gol del PSG ante el conjunto belga y quedará en la historia para siempre, pues el poderoso disparo de Zlatan ya es el segundo gol más potente en la historia del futbol.
Un gol de dicha manufactura no se ve todos los días y es por ello que toda la afición presente en el Estadio Constant-Vanden Stock, aplaudió el obus salido de la pierna derecha del sueco a 30 metros de la portería rival.
Luego de que el balón se detuviera en las redes del arco defendido por Thomas Kaminski, los espectadores, en su mayoría aficionados del Anderlecht, se levantaron para aplaudir al delantero. La cereza del pastel para un atacante como Ibra. El arte ovacionado por la afición contraria.
El gol del ex jugador del Barcelona no es el más potente que se ha visto. Ese honor pertenece a Steven Reid, quien en 2005, enfundado con la playera del Blackburn Rovers, marcó el gol que, hasta el día de hoy, es el de mayor potencia en la historia del futbol.
Reid ejecutó un disparo de 157.72 km/hr, en un partido ante el Wigan. La velocidad del disparo fue tal que fue casi imposible de seguir para el camarógrafo. Un disparo que poco le faltó para romper las redes de la portería rival.
En segundo lugar aparece el disparo de Ibrahimovic. El tercer lugar le pertenece a Roberto Carlos, defensa brasileño, quien a lo largo de su carrera se cansó de mostrar la potencia que guardaba en su pierna izquierda.
Además de hacer gala de su fuerza, el gol anotado por Roberto Carlos es uno de los disparos más increíbles que se han visto sobre el terreno de juego.
Corría el año de 1997, Brasil enfrentaba a Francia y el ex jugador del Real Madrid se tuvo confianza para ejecutar un tiro libre.
Como era de esperarse, el disparo de Roberto Carlos salió a una velocidad endemoniada: 136.79 km/hr, lo que nadie preveía es que el brasileño librara la barrera por un costado.
La fuerza y efecto que el brasileño le imprimió al balón fue tal que el esférico realizó una comba imposible y cuando parecía que se iría por un lado, regresó para incrustarse en la portería, ante la mirada atónita de Fabien Barthez, guardameta francés, quien no pudo hacer absolutamente nada para evitar el gol.
En cuarto sitio aparece Obafemi Martins, quien en 2007 le dio un gol al Newcastle gracias a un tremendo disparo a 135.18 km/hr. El quinto lugar es para Thomas Hitzlsperger, que disparó a 127.14 km/hr para el gol del Aston Villa, en 2004, en contra del Birmingham.