Emblema de la selección paraguaya, máximo ídolo en la historia de Vélez Sarsfield, así como uno de los mejores porteros del siglo XX, los logros del arquero guaraní José Luis Chilavert son muchos. No obstante, uno de los más memorables data de hace exactamente 20 años.
El 22 de marzo de 1996, quien se convertiría en el segundo portero más goleador de la historia del balompié, marcó un tanto que tan sólo algunas de las mejores piernas en la historia serían capaces de concretar.
Era la tercer fecha del torneo Clausura 1996 en el futbol argentino, Vélez y River Plate empataban a un gol cuando, al 22’ de la parte complementaria, el árbitro Carlos Mastrángelo señaló una falta a favor del ‘Fortín’ cometida por el mediapunta uruguayo Enzo Francescoli en la mitad del campo.
Chilavert, de singular pegada, vio que el arquero Germán Burgos estaba adelantado, por lo que no dudó y realizó lo impensable. Sin advertirlo siquiera el paraguayo impactó el esférico con una fuerza brutal. El balón viajó por lo alto y se desplazó unos 55 metros para colarse a las redes contrarias y dejar al ‘Mono’ Burgos desparramado en su propio arco.
El tanto colaboró en la victoria por 3-2 sobre River en una temporada en la que Vélez terminó proclamándose Campeón.
“El gol me lo hacen porque hubo un problema en la defensa y me voy del área para gritarle a Juan Gómez, pero no me escuchaba e iba saliendo cada vez más. No estaba adelantado porque sí.”, afirmó Germán Burgos para El Gráfico de Argentina en justificación por haber recibido uno de los mejores goles de Chilavert.