No todo es glamour, fama y escándalos entre las estrellas del futbol mundial. Una buena cantidad de jugadores antepone su fervor religioso a los excesos que la farándula deportiva ofrece. En Brasil aparecen los 'Atletas de Cristo', en Argentina un astro absoluto dejó las canchas por el sacerdocio.
"Siento la necesidad de apoyar a la gente. Lo que me pasó en mi carrera no es un accidente. Dios me dio una oportunidad", afirmó Ze Roberto.
Así, cuando el futbol quede en el pasado, el brasileño dará continuidad a los proyectos que ya inició como jugador, como alternar su vida de deportista con actividades como ir a la iglesia todas las semanas.
Zé Roberto forma parte, junto a otros jugadores y ex futbolistas brasileños como Jorginho, Silvinho, Edmilson, Taffarel, Lucio, Edmilson, Bebeto o Kaká, de los llamados 'Atletas de Cristo'.
Kaká se convirtió cuando se salvó de un accidente, en el trampolín de una piscina, de haberse quedado en silla de ruedas. Fundada por el ex jugador del Atlético de Madrid, Baltazar (como medida para lavar el pecado que suponía jugar en domingo), los 'Atletas de Cristo' buscan proclamar su evangelio y que el deportista sea un discípulo que obedece las órdenes de su ser superior.
Tan convencidos están de lo que hacen que Zé María declaró que la clave del decisivo penalti del Mundial del 94 que falló Baggio estuvo en la religión.
"Baggio es budista y Taffarel un Atleta de Cristo. Esa es la demostración de que estamos en la parte buena", consideró.
Phil Mulryne, compartió el campo con Giggs y Beckham, pero lo cambió para entregarse de brazos abiertos al estudio pormenorizado del sacerdocio.
Otro ejemplo es el futbolista de Chase Hilgenbrinck, a quien no le importó ser el capitán y tener contrato en vigor con New England para dejar el club y convertirse en sacerdote de la Iglesia Católica. Pese a ser un reclamo para la parte femenina de su afición, él prefería realizar constantes visitas a la Iglesia para saciar su fe, que gozar de la fama del futbol.