Calentar y calentar para que al final el técnico no meta al jugador es algo que a veces pasa en el futbol. Hay futbolistas que lo manejan de buena manera y otros, como Diego Costa, que se enfadan y no dudan en expresarlo.
El delantero del Chelsea realizó movimientos precompetitivos durante algunos minutos, ya que Mourinho meditó meterlo al campo en el juego contra el Tottenham, pero al final decidió dejarlo en el banquillo.
Fue entonces cuando el artillero reflejó su malestar al quitarse la casaca que usaba y lanzársela al su propio entrenador, quien no se dio cuenta del suceso.
No obstante, en la rueda de prensa posterior al encuentro, un periodista le preguntó sobre el hecho y en lugar de engancharse, sonrió y señaló que si Costa lo quisiera herir, no sería con una casaca.